RIESGO FÍSICO
Se trata de diferentes formas de energía que pueden estar presentes en el entorno laboral:
- Mecánica (ruido y vibraciones).
- Térmica (calor y frío).
- Electromagnética (radiaciones ionizantes y no ionizantes).
Ruido
La energía sonora tiene tres propiedades: se propaga a distinta velocidad según la elasticidad del medio (aire = 340 m/s; hierro = 7.630 m/s), se refleja en las superficies sobre las que incide y se refracta al incidir sobre una superficie en un ángulo determinado.
Existen dos tipos de ruido a los efectos de la higiene industrial:
- Continuo. Motores, martillos neumáticos, molinos…
- De impacto. Disparos, golpes de prensa, de martillos…
Los efectos que provoca el ruido continuo en el organismo son:
- Auditivos. Reducción de capacidad auditiva, casi siempre bilateral, que se inicia en frecuencias de 4.000 Hz, es irreversible y no evolutiva si cesa la exposición.
- No auditivos. Aumento de frecuencia respiratoria, hipertensión arterial, efectos gástricos, visuales, tiroideos, trastornos del sueño, irritabilidad, falta de atención, menor velocidad de reacción, etc.
Los efectos del ruido de impacto sobre el cuerpo humano son:
- Pérdida temporal o definitiva de la capacidad auditiva, uni o bilateral.
- En potencias sonoras menos extremas produce los mismos efectos que el ruido continuo.
Dos variables son las que caracterizan al ruido desde un punto de vista físico:
- Nivel de presión acústica. Se mide en decibelios (dB –en escalas de 0 a 150 Db–).
- Frecuencia. Se mide en herzios (Hz –entre 20 y 20.000 Hz puede captar el oído humano–). ¿Cómo podemos actuar en el puesto de trabajo para reducir el nivel de ruido peligroso? Tan sencillo como lo descrito en el control de los contaminantes químicos. Actuaremos sobre la fuente emisora, sobre el medio y sobre el trabajador.
- El límite legal establecido es de 80 dB como nivel de ruido diario equivalente; 140 dB para nivel de pico.
- Sobre la fuente. Ingeniería de procesos, encerramiento de máquinas, mantenimiento adecuado de las mismas (cojinetes)…
- Sobre el medio. Barreras acústicas, materiales absorbentes de ruido, aumentando la distancia entre la fuente y el receptor…
- Sobre el trabajador. Aislamiento del trabajador, información y formación, EPI específicos según la intensidad y la frecuencia del ruido…
Vibraciones
La vibración es el movimiento oscilatorio de un cuerpo sólido. Lo que caracteriza a la vibración desde un punto de vista físico es la frecuencia y la amplitud de su oscilación.
Los efectos que las vibraciones provocan en el organismo son diferentes en función de su frecuencia.
frecuencia | Máquina | Efecto |
Muy baja | Trenes, barco, aviones… | Mareos, vómitos, alteraciones sistema nervioso central |
Baja | carretillas, tractores, maquinaria agrícola |
Patología lumbar, mareos, alteraciones de visión… |
Alta | pulidoras, lijadoras, martillos picadores, etc. |
Necrosis escafoides, artrosis en codo, síndrome raynaud, estesias en mano, gastropatías… |
Para limitar el riesgo de la vibración en el puesto de trabajo actuaremos:
- Sobre la fuente. Adecuado mantenimiento de las máquinas, herramientas anti vibración, ingeniería de procesos, etc.
- Sobre el medio. Interposición de materiales aislantes.
- Sobre el trabajador. Información y formación, EPI adecuados, rotación de puestos para reducir tiempo de exposición, vigilancia de la salud…
Estrés térmico
El cuerpo humano mantiene constante su temperatura interna y para ello dispone de distintos elementos reguladores. Las variadas circunstancias ambientales interaccionan con el organismo transmitiéndole calor o frío, según el caso. Cuando hablamos del calor, esta transmisión se realiza por convección o por radiación. Hay factores como la humedad relativa, la velocidad del aire y la temperatura radiante media que, además de la temperatura del aire, determinan el esfuerzo que tenga que hacer el organismo para mantener estable la temperatura interna.
En situación de alta temperatura ambiental es muy diferente que exista corriente de aire, como ocurre en general en los trabajos en exterior, a que no se dé esa circunstancia, como puede suceder en el interior de una nave cerrada bajo el sol intenso de verano. En el primer caso, la corriente refrescará al individuo que en ese trance se encuentre, siendo la sudoración un fenómeno favorecedor de la disipación del calor interno. El organismo sometido a alta temperatura suda y la corriente de aire, al contactar con el sudor, refresca la piel. Sin embargo, cuando no existe esa corriente no se disipa el calor interior y puede darse con más facilidad lo que llamamos un «golpe de calor» que es una situación de gravedad impredecible.
Cuando queremos evaluar la agresividad térmica del medio laboral debemos tener en cuenta el calor y la actividad física que desarrolla el trabajador. La actividad genera calor, de forma que un trabajo que requiera una actividad física vigorosa, si se realiza en unas condiciones de alta temperatura, precisará una serie de medidas preventivas que protejan al trabajador.
Para ayudarnos en este tipo de avaluaciones existe el llamado «índice WBGT», en el que un termómetro especial mide la temperatura seca, la húmeda y la de globo o radiante. Este índice arroja un resultado que relacionamos en el gráfico correspondiente con el metabolismo o consumo energético del individuo, que varía según la actividad física que desarrolle. Como resultado de esta comparación podremos saber en una actividad determinada, cuánto tiempo de cada hora de trabajo debe descansar el trabajador, para compensar el estrés térmico a que está sometido.
En cualquier caso, las medidas preventivas que debemos respetar en situaciones de ambiente laboral caluroso son las siguientes:
- En interiores. Exposición gradual al principio, suplementos de sal, favorecer corrientes de aire, aire acondicionado, aislamientos de paredes y equipos.
- En exteriores. Crema protectora, sombrero, pañuelo mojado en el cuello, pausas, rotaciones, hidratación adecuada, buscar sombras…
Cuando el tipo de trabajo favorece la exposición a bajas temperaturas podemos estar ante lo que llamamos estrés por frío. En este caso, los factores influyentes son las bajas temperaturas, la alta humedad o contacto con agua, la velocidad del aire y el tipo de ropa.
Las medidas preventivas en este caso son: pausas, ropa y calzado impermeables, guantes, evitar corrientes y humedad, lugares de recuperación, bebidas templadas y dulces, dieta adecuada…
Radiaciones
Dentro de este apartado distinguimos:
- Radiaciones ionizantes. Son ondas electromagnéticas de muy alta frecuencia, capaces de provocar la ionización (generación de partes eléctricamente cargadas, una positiva y una negativa), rompiendo los enlaces atómicos que mantienen unidas a las moléculas en las células.
- Radiaciones no ionizantes. Se trata de ondas electromagnéticas de menor frecuencia que las ionizantes y que carecen de la suficiente energía como para romper los enlaces atómicos intracelulares. Pueden ser: radiación ultravioleta, visible, radiación infrarroja, radiofrecuencia y campos de microondas, campos eléctricos y magnéticos.
Radiación ionizante
La corteza de nuestro planeta es receptora de radiación constantemente. Hablamos en este caso de radiación natural, procedente del cosmos y del interior de la Tierra.
- Radiación cósmica. Reacciones nucleares en el interior del sol y de las estrellas generan esa radiación que se expande por el universo, llegando a nuestro planeta, donde son atenuadas por la atmósfera terrestre. En las montañas existe más radiación que a la altura del mar. 0,39 milisievert por año es la estimación anual de este tipo de radiación.
- Radiación terrestre. La produce la desintegración de los materiales radiactivos existentes en la corteza terrestre. Depende del tipo de rocas y suelo de cada lugar. También incluimos en este apartado al gas radón, procedente de la desintegración del metal radio, que se recibe en el interior de las viviendas, dispersándose fácilmente en el aire libre. También depende del tipo de suelo; en cada lugar es diferente.
En cualquier caso, la radiación que más nos puede interesar es la artificial, procedente de instalaciones industriales, hospitalarias y clínicas. Estos centros están sometidos a una normativa reguladora muy estricta que busca garantizar la seguridad no sólo de los trabajadores, sino de toda la sociedad en su conjunto. Uno de los aspectos que más atención merece es el tratamiento de los residuos radiactivos.
Las medidas de protección radiológica en la exposición a radiaciones son:
- Evaluación del riesgo radiológico.
- Clasificación radiológica de los trabajadores involucrados en función del riesgo radiológico inherente al trabajo.
- Clasificación radiológica de los lugares de trabajo en función de los niveles de radiación y contaminación previsibles en esa actividad.
- Aplicación de las normas y medidas de control adecuadas a las distintas categorías de los trabajadores expuestos y a los distintos lugares de trabajo.
- Antes de comenzar a trabajar con radiaciones ionizantes, los trabajadores deben someterse a un reconocimiento médico y obtener un certificado de aptitud para este tipo de trabajos. El servicio médico que lo realice debe contar con la correspondiente autorización emitida por la autoridad sanitaria competente.